La escena se desarrolla en las instalaciones reales del BIESS, aportando autenticidad al spot. Comienza con un joven sirviendo café en su taza, un ritual diario en cualquier oficina. El momento es interrumpido por el sonido de su teléfono indicando que se ha quedado sin saldo, una situación frustrante y reconocible para muchos.

La trama da un giro humorístico cuando una compañera de trabajo sorprende al protagonista, ofreciendo compartir «el último chisme». Esta interacción refleja de manera realista la dinámica social en un ambiente de oficina, donde las pausas para el café a menudo se convierten en momentos para ponerse al día con los compañeros.

El «chisme» resulta ser información valiosa sobre los nuevos beneficios de la asociación de empleados del BIESS, específicamente un plan de telefonía celular exclusivo. Este enfoque informal y amistoso para compartir información importante hace que el mensaje sea más accesible y memorable.

La reacción entusiasta del protagonista, quien sale corriendo para inscribirse y recibir el beneficio, subraya el atractivo de la oferta y motiva a la acción. Su urgencia por aprovechar el beneficio transmite eficazmente el valor de la asociación de empleados.